En Nantes, Chile clasificó a octavos del Mundial de Francia, al empatar a uno con Camerún. La cuenta la abrió la escuadra nacional, a los 20 minutos, con un tiro libre de alta jerarquía: el Coto José Luis Sierra tomó el balón, miró la barrera, recordó a su padre y con su zurda delicada lo puso en un rincón inalcanzable para cualquier arquero. Una de las más bellas postales de Francia ’98.