El 14 de abril de 1948, ancló en la Ciudad Jardín un mediocampista o zaguero central que haría historia en el Oro y Cielo: Salvador Biondi Loguzzo, ex futbolista de Boca Juniors. Retoño de María Salvadora y de Mariano, el Tano Biondi pronto se convirtió en un pilar imprescindible en la escuadra ruletera, la que con él como capitán conquistó sus dos primeros títulos, en 1950 (el primero de un club de provincia) y 1952. Tras su retiro, fue entrenador de los viñamarinos entre 1959 y 1963, cobrando luego reputación gracias a su privilegiado olfato para detectar figuras de enorme categoría. En 1964 hizo debutar a -lea bien- Elías Figueroa en primera división, en La Calera, descubriendo a fines de los ochenta a -vuelva a leer bien- Marcelo Salas en Temuco, a quien inmediatamente recomendó a U. de Chile. Además, el padre de María Elisa, Carmen Gloria y Ricardo Salvador (otrora arquero de U. Española, Rangers, Wanderers, Naval…), estrenó a Carlos Reinoso en Audax, en 1974 trajo a Óscar Fabbiani a San Felipe y en 1992 encargó la incorporación del Superman Sergio Vargas a la U. Entre un numeroso y selecto grupo de hallazgos.
El caudillo y el Tano Jefe de los viñamarinos de los cincuenta, nacido el día en que se celebra el Día del Roto Chileno, contrajo matrimonio el 25 de diciembre de 1950 con la aconcagüina Elisa Espinoza Urrejola, fallecida en 1999. Y al mediodía del jueves 24 de noviembre de 2016, poco después de recibir la visita diaria de su hijo deportista, el corazón Xeneize y Oro y Cielo de Salvador Biondi Loguzzo dejó de latir.