En Oviedo, Chile jugó su primer partido en el Mundial de España. Frente a Austria, cuando caía 1-0, Carlos Caszely fue derribado en el área, por lo que el árbitro marcó penal. Con su personalidad, el Chino fue el único que se atrevió a asumir el desafío, desviando el disparo desde los 12 pasos. “Para perder penales, hay que tirarlos”, ha dicho el ‘9’ durante 31 años.