Cuando Fernando González se aprestaba para disputar la final del Abierto de Australia, con Roger Federer, en Calama surgió la prodigiosa potencia de un noqueador del fútbol, dispuesto a hundir a Deportes Antofagasta. Paredes, ex matador de Santiago Morning y de Puerto Montt, cumplió ampliamente aquel objetivo, asistido ante tres mil espectadores por Lucas Barrios, José Luis Díaz, Charles Aránguiz, Juan Luis González, Jean Beausejour, Leandro Delgado. Hasta ese instante, el histórico anotador de la primera división lucía en su palmarés dieciocho conquistas, estirando ese registro a veintiuna contra los Pumas de la Segunda Región. Cobreloa, protagonista del duelo inaugural del Apertura de esa temporada, antes del minuto de juego empezó a presidir el marcador por medio de un frentazo de Pepe Díaz. Pero a los seis, Cristián Reynero igualó las cifras, apareciendo desde ahí el tornado naranja. A los siete, Lucas Barrios colocó el 2-1 para el anfitrión y a los veinte y 37, Paredes aumentó el tablero. En el diecisiete de la segunda etapa, el actual Cacique decretó su primer triplete en la categoría de privilegio, señalando al mismo tiempo el 5 a 1 favorable a los Zorros del Desierto. El festín loíno no concluyó con la tríada del pujante artillero, puesto que Lucas Barrios, a los 31 y a los 33, consolidó el categórico triunfo del ex subcampeón de la Copa Libertadores de América.