A menos de tres meses de la apertura del Mundial de México 70, donde el planeta vio a la mejor selección de todos los tiempos, el Scratch estelarizado por Pelé, la Roja disputó un violento examen con ese combinado verdeamarillo ante más de 105 mil torcedores. Chile, con Leopoldo Vallejos, Humberto Chita Cruz, el viñamarino Moisés Silva, Carlos Caszely, Sergio Messen, Osvaldo Castro y dirigido por Francisco Hormazábal, tuvo enfrente a estrellas que en el estadio Azteca obtendrían para siempre la Copa Jules Rimet el domingo 21 de junio: Félix, Carlos Alberto, Brito, Clodoaldo, Gerson, Jairzinho, Pelé y Roberto Rivelino, comandadas por Mario Zagallo. En todo caso, el coloso de Río de Janeiro enmudeció a los dieciocho minutos, instante en el que la espantosa zurda de Pata Bendita Castro sacudió el marco de Félix. Rudo, el juego de carácter amistoso se encendió a los 31, cuando Roberto Miranda, Jairzinho, Gustavo Laube y el Chueco Silva se fueron expulsados. Sobre el filo del primer lapso, el capitán Carlos Alberto emparejó el enconado trámite, apareciendo a los veinte del segundo otra zurda para desplomar al Polo Vallejos y decretar el difícil 2-1 para el mejor seleccionado de la historia: la de Rivelino, quien en México formaría un quinteto dorado con Pelé, Tostao, Gerson y Jairzinho.