Un correcto espectáculo deportivo se esperaba en la cúpula del Parque O’Higgins, donde Chile y Argentina jugarían la semifinal de la zona americana de la Ensaladera de Plata entre el 7 y 9 de abril. Pero esta sólo se disputó parcialmente el viernes 7, jornada mancillada por un escándalo mayúsculo, en el que la Federación de Tenis de Chile cometió gruesos errores: uno de ellos, por ejemplo, instalar stands con bebidas alcohólicas. En ese ambiente, abrieron la serie Marcelo Ríos y Hernán Gumy, ganando el punto el chileno en cuatro sets. La continuaron Nicolás Massú y Mariano Zabaleta, quien aventajaba al viñamarino por 2-1 y por tres juegos contra dos en el cuarto capítulo cuando comenzó la batahola. Una botella cayó cerca del argentino, que acto seguido empujó a un pelotero. Cobros discutibles, un bullicio ensordecedor y cuatro puntos quitados a Massú por el juez general desataron el caos. Ante aquel panorama, el equipo visitante decidió abandonar el campo, por lo cual Chile fue declarado vencedor por “cinco a cero”. Sin embargo, los desmanes continuaron, incluida la lluvia de sillas, y nuestro tenis fue inhabilitado por dos años para ejercer la condición de local.